domingo, 9 de agosto de 2015
Un poema de Susana Inés Nicolini
Idea y realización de "Carivano Arte", productora de Carlos Ontiveros, a quien le agradezco enormemente su inmensa generosidad que se une a su trayectoria y enorme profesionalismo.
Sue_*
jueves, 30 de julio de 2015
yo podría
Yo podría asegurar que estoy de primavera
Podría decir que se me cae la vida dentro de las flores con cada mariposa
o con las lluvias olorosas que sobre el mar dejan su sangre violeta
Derramar todas las lágrimas que me oxidan con la tórrida alegría de ese vino
Pero hoy es domingo, y aunque la tarde se pone fría, el domingo nadie llora.
Hay que rezar la brisa, sonreírle a los espejos y aprenderse la noche de azul lento.
Sin embargo mi desvelo es largo
Se parece al viento pidiendo algún pájaro que sobre
Pidiendo que aparezca la niña de luz (sonámbula oficial del firmamento) y me done su adiós radiante
para que las naranjas palidezcan en mis manos.
Entonces amanecer en mi color desnudo
salvada, sencillamente, por el hombre que lleve un poco de mi frío
y ningún adiós sujeto a su vacío.
Sue_*
Podría decir que se me cae la vida dentro de las flores con cada mariposa
o con las lluvias olorosas que sobre el mar dejan su sangre violeta
Derramar todas las lágrimas que me oxidan con la tórrida alegría de ese vino
Pero hoy es domingo, y aunque la tarde se pone fría, el domingo nadie llora.
Hay que rezar la brisa, sonreírle a los espejos y aprenderse la noche de azul lento.
Sin embargo mi desvelo es largo
Se parece al viento pidiendo algún pájaro que sobre
Pidiendo que aparezca la niña de luz (sonámbula oficial del firmamento) y me done su adiós radiante
para que las naranjas palidezcan en mis manos.
Entonces amanecer en mi color desnudo
salvada, sencillamente, por el hombre que lleve un poco de mi frío
y ningún adiós sujeto a su vacío.
Sue_*
Copyright Susana Inés Nicolini (2015)
jueves, 23 de julio de 2015
soy la poesía
No digo adiós.
Ustedes se irán.
Yo permaneceré, reinventando los tiempos.
No digo adiós, aquí me quedo para contarlo todo.
Dicen adiós los ojos, las mariposas, los amantes...
Yo no lo digo.
Debo permanecer y recordar al hombre, a la noche, al lobo.
Yo no me olvidaré de ninguno de ustedes,
Ustedes se irán.
Yo permaneceré, reinventando los tiempos.
No digo adiós, aquí me quedo para contarlo todo.
Dicen adiós los ojos, las mariposas, los amantes...
Yo no lo digo.
Debo permanecer y recordar al hombre, a la noche, al lobo.
Yo no me olvidaré de ninguno de ustedes,
son parte de mi rueda, mis palabras,
mis vidas y mis muertes.
Adiós dirán. Y yo no diré nada.
Si todos se alejan, aún así, se quedaran mis nombres impresos en las rocas.
Aquí estaré. No digo adiós.
Si pasan junto a mí y me preguntan
les contaré acerca de lo que fueron.
Si me ven sentada, componiendo mis versos, acérquense y pregunten.
Yo voy a responderles.
Pero luego no les diré adiós,
porque, quieran o no, se quedaran conmigo.
Adiós dirán. Y yo no diré nada.
Si todos se alejan, aún así, se quedaran mis nombres impresos en las rocas.
Aquí estaré. No digo adiós.
Si pasan junto a mí y me preguntan
les contaré acerca de lo que fueron.
Si me ven sentada, componiendo mis versos, acérquense y pregunten.
Yo voy a responderles.
Pero luego no les diré adiós,
porque, quieran o no, se quedaran conmigo.
¡Soy la poesía!
#SafeCreative
Imagen: “La poesía” de Alphonse Mucha
lunes, 29 de junio de 2015
el invierno
Esta tarde, otra vez, cada pétalo agitó su pañuelo.
Por los tejados ya humea el invierno.
Una carne inflamada de ropajes despide
al tallo verde, y a la rama caramelo.
Guardaremos la sustancia de las flores: una piel
mezclada entre los dedos, como modelada
toda ella de satén. Vestido y muslo, seno y blusón
recogerán sus istmos, sobornados por el fuego,
para hacer el amor
detrás de los escudos nevados.
Una vez más, con el mismo impulso
el viento, incesantemente de viaje,
jugueteará con las arañas de cristal
y acaso –por momentos- hasta olvide
que no hay forma de vencer a las rosas.
Sue_*©
©Texto y foto: Susana Inés Nicolini®
jueves, 25 de junio de 2015
formas
Deja que el violín de tus alas
amodorre a los dioses
Deja que la sombra silenciosa
me envuelva, como si la oscuridad
fuese un vellón.
Haz con el fuego el anillo
de deseo y prodiga su
poder.
Encierra ¡Oh Eros! todas las formas
de mi amor:
formas de agua
formas de fuego
formas de viento
formas de piel
y viste el ocaso con tu lámpara sagrada
hasta que yo misma me convierta
con el último sonido
en la nieve
silenciosa de un abrazo.
©Sue_*

Obra: "Pareja" Xul Solar
jueves, 14 de mayo de 2015
vuelo
En pétalos se alzaron los pájaros del canto,
huyendo de los escombros de la noche.
Fue la hora de partir. Dejar la isla de tus brazos
como (salvadoramente)
el mar deja a la ola en cada muelle,
para desandar la muralla del silencio
y evocar el milagro húmedo de otra ternura.
huyendo de los escombros de la noche.
Fue la hora de partir. Dejar la isla de tus brazos
como (salvadoramente)
el mar deja a la ola en cada muelle,
para desandar la muralla del silencio
y evocar el milagro húmedo de otra ternura.
Sue_*©
© Texto y foto: Susana Inés Nicolini®
© Texto y foto: Susana Inés Nicolini®
hablo

Hablo del cielo azul y de las águilas
Hablo de los cauces donde la sed eterna sigue
Hablo de tu mirada como una piedra en la honda
Hablo de tu soledad en estas horas
en las que el sol cae en racimos.
Hablo del origen de las cosas
de las heredad súbita del alma
absorta, pálida, doliente,
contra las viejas hélices del crepúsculo.
Hablo de aquellos solitarios que huyen
cuando la noche es una invasión poderosa.
Hablo de la fatiga y de su voz lenta.
Hablo del musgo, de la piel sin cuerpo,
de las rosas rojas en los pechos.
Hablo de los huérfanos de abrazos
y de las hogueras de los náufragos.
Hablo de la emergencia del hambre
y de las tumbas de los que no tienen tumba.
Hablo del espanto, de las tardes sin faros
que olean sin mar pero con brasas.
Hablo del viento y de sus aguas de metal.
Hablo –en definitiva- de volver a encontrar
tus blancas manos,
de tener los corazones calmos
y los abrazos largos.
¡Hablo del amor, las frutas, el milagro!
Hablo de los cauces donde la sed eterna sigue
Hablo de tu mirada como una piedra en la honda
Hablo de tu soledad en estas horas
en las que el sol cae en racimos.
Hablo del origen de las cosas
de las heredad súbita del alma
absorta, pálida, doliente,
contra las viejas hélices del crepúsculo.
Hablo de aquellos solitarios que huyen
cuando la noche es una invasión poderosa.
Hablo de la fatiga y de su voz lenta.
Hablo del musgo, de la piel sin cuerpo,
de las rosas rojas en los pechos.
Hablo de los huérfanos de abrazos
y de las hogueras de los náufragos.
Hablo de la emergencia del hambre
y de las tumbas de los que no tienen tumba.
Hablo del espanto, de las tardes sin faros
que olean sin mar pero con brasas.
Hablo del viento y de sus aguas de metal.
Hablo –en definitiva- de volver a encontrar
tus blancas manos,
de tener los corazones calmos
y los abrazos largos.
¡Hablo del amor, las frutas, el milagro!
lunes, 11 de mayo de 2015
banco de almendro
Sobre el oscuro banco de almendro,
donde alguna vez
juraron dos amantes
ha muerto un hombre,
herido de amor y de miseria.
Desde el blanco y el negro
de las letras
cuentan que sus sueños
se escaparon
en imposible visión
como un pájaro lento.
Un desconocido más
que huele a restos de incienso
y a un blasfemo amén
que no cumplió
su redentora promesa.
Uno más que no tuvo
dónde asirse
expulsado de las nupcias
con el cielo.
Uno más,
con las venas secas,
y pálidas
yéndose
hacia la sutil
fragancia del abismo.
Estéril salario de los mártires,
que corren por túneles
sembrados de garras
invisibles,
sin ropa y sin aura,
que nacieron sin beatitud
ni condescendencia;
porque hasta los dioses
necesitan
desatar sus vientos,
mintiéndonos.
Sue_*
©Susana Inés Nicolini®
(Derechos Reservados)
Imagen: Keith Perelli
lunes, 20 de abril de 2015
mi voz
Si mi voz cayera. Mi voz, la que lleva mi nombre
por la órbita rota de un silbato,
una lamentación de mar,
un beberse los grillos sus campanas,
un tallar de piedras en el viento;
dejad que la fina línea que separa las cosas
se contraiga
y sobre los cobres horizontes
del otoño
asid a los ojos de la noche
(tan solo)
mis vocales
para que en los hombros de las rosas
se esparzan los versos
que aun llevo en las entrañas.
Sue_*©
Texto ©Susana Inés Nicolini®
por la órbita rota de un silbato,
una lamentación de mar,
un beberse los grillos sus campanas,
un tallar de piedras en el viento;
dejad que la fina línea que separa las cosas
se contraiga
y sobre los cobres horizontes
del otoño
asid a los ojos de la noche
(tan solo)
mis vocales
para que en los hombros de las rosas
se esparzan los versos
que aun llevo en las entrañas.
Sue_*©
Texto ©Susana Inés Nicolini®
Foto: Bryon Paul McCartney
formas

Deja que el violín de tus alas
amodorre a los dioses
Deja que la sombra silenciosa
me envuelva, como si la oscuridad
fuese un vellón.
Haz con el fuego el anillo
del deseo y prodiga su poder.
Encierra ¡Oh Eros! todas las formas
de mi amor:
formas de agua
formas de fuego
formas de viento
formas de piel
y viste el ocaso con tu lámpara sagrada
hasta que yo misma me convierta
con el último sonido
en la nieve silenciosa de un abrazo.
amodorre a los dioses
Deja que la sombra silenciosa
me envuelva, como si la oscuridad
fuese un vellón.
Haz con el fuego el anillo
del deseo y prodiga su poder.
Encierra ¡Oh Eros! todas las formas
de mi amor:
formas de agua
formas de fuego
formas de viento
formas de piel
y viste el ocaso con tu lámpara sagrada
hasta que yo misma me convierta
con el último sonido
en la nieve silenciosa de un abrazo.
©Sue_*
#SafeCreative ©Susana Inés Nicolini®
#SafeCreative ©Susana Inés Nicolini®
desde tus ojos
Amo
la larga línea o surco
que desciende por mi cuerpo
estremecido.
Anhelo de arenas
con niebla pálida
que hasta el amanecer
como un juego
dice lo que dice el cielo
(casi blanco)
rumores de sal
sobre mi boca pensativa
desde tus ojos, agua en agua.
Sue_*©
Texto y foto: © Susana Inés Nicolini®
martes, 7 de abril de 2015
copa de otoño
Cuando llega el otoño
se dibuja la hoguera
de cada sol atardecido
en las veredas,
y el ámbar de los ojos
le hacen eco al canto
quedo de las hojas
yermas.
Cuando llega el otoño se avivan
las canciones y los besos,
porque en otoño amar
es ese error imprescindible.
En la copa de otoño
un vago vino queda
y se nos desnuda
esa forma distinta
de sentir la lluvia.
se dibuja la hoguera
de cada sol atardecido
en las veredas,
y el ámbar de los ojos
le hacen eco al canto
quedo de las hojas
yermas.
Cuando llega el otoño se avivan
las canciones y los besos,
porque en otoño amar
es ese error imprescindible.
En la copa de otoño
un vago vino queda
y se nos desnuda
esa forma distinta
de sentir la lluvia.
miércoles, 1 de abril de 2015
puede

Puede que no haya certezas
Puede que tengas aun el lenguaje de otra piel
Puede que no puedas arrancar el otro amor de raíz
Pero este reloj ha comenzado a girar
y quiero tenerte así por horas y horas
porque hoy tu boca está en mi cuerpo
y no me alcanza con improvisar.
Puede que tengas aun el lenguaje de otra piel
Puede que no puedas arrancar el otro amor de raíz
Pero este reloj ha comenzado a girar
y quiero tenerte así por horas y horas
porque hoy tu boca está en mi cuerpo
y no me alcanza con improvisar.
®Sue_*©2015
Foto ©® Susana Inés Nicolini
Foto ©® Susana Inés Nicolini
#SafeCreative
miércoles, 18 de marzo de 2015
mil mariposas
Abraza con las únicas dos palabras húmedas que te quedan
el instante sudoroso de la nada. La estatua de terror,
los helados campanarios convulsionando tus pies, tu alma ciega
de lágrimas y labios. Mil mariposas dirán adiós una y otra vez
y tiritaran mirando las trizas del espejo.
Abrázate muchacha ¡si Inés! hazte pequeña y vete. Lo que sabes
ya rugía ante tus ojos y agriaba el aire.
Mil y una amantes, como mil y una noches quedaron en su almohada.
Y estás sin manos para decir nunca. Sin manos para decir siempre.
el instante sudoroso de la nada. La estatua de terror,
los helados campanarios convulsionando tus pies, tu alma ciega
de lágrimas y labios. Mil mariposas dirán adiós una y otra vez
y tiritaran mirando las trizas del espejo.
Abrázate muchacha ¡si Inés! hazte pequeña y vete. Lo que sabes
ya rugía ante tus ojos y agriaba el aire.
Mil y una amantes, como mil y una noches quedaron en su almohada.
Y estás sin manos para decir nunca. Sin manos para decir siempre.
los signos
Ese mar que adoro sueña y soy uno de sus sueños
Mientras los signos se reiteran el día desciende
por la pendiente de mi brazo extendido hacia las estrellas.
Ya no sólo le concedo a la noche esa porción de vida
que deshace el lecho del amor con colores vivientes
a la manera de signos, a la manera de torres, a la manera
de joyas ahogadas. Ese sonido palpable de la agonía constelada
cuando los ojos se miran profundamente, los cabellos se revuelven,
y nos dejamos matar por pequeñas muertes.
Esa playa que adoro sueña y soy las huellas de sus sueños.
Me voy hacia su ojo amarillo con furor de sepias
Me voy. Tengo necesidad de alas para alisar las penas.
No tengo más tiempo para esperar. Ya respiro. Ya vuelo.
Ya me aferro al aire puro. Los pájaros me cantan sortilegios.
Mientras los signos se reiteran el día desciende
por la pendiente de mi brazo extendido hacia las estrellas.
Ya no sólo le concedo a la noche esa porción de vida
que deshace el lecho del amor con colores vivientes
a la manera de signos, a la manera de torres, a la manera
de joyas ahogadas. Ese sonido palpable de la agonía constelada
cuando los ojos se miran profundamente, los cabellos se revuelven,
y nos dejamos matar por pequeñas muertes.
Esa playa que adoro sueña y soy las huellas de sus sueños.
Me voy hacia su ojo amarillo con furor de sepias
Me voy. Tengo necesidad de alas para alisar las penas.
No tengo más tiempo para esperar. Ya respiro. Ya vuelo.
Ya me aferro al aire puro. Los pájaros me cantan sortilegios.
un minuto
Si tienes un minuto
dejemos que la noche no sea breve
hablemos de nosotros con las voces de la piel
Si tienes un minuto
descalza tu ropa en las alfombras
y confundamos sed con sed
entre las bocas.
© Susana
Inés Nicolini
Sue_* (2015)®
Sue_* (2015)®
jueves, 5 de marzo de 2015
agua de olvido

Déjame respirar por mucho tiempo
el olor de tus cabellos mojados de mar.
Soy un hombre sediento. Necesito
sacudir los recuerdos del aire.
el olor de tus cabellos mojados de mar.
Soy un hombre sediento. Necesito
sacudir los recuerdos del aire.
Ese vértigo.
Ese abismo movedizo que me arrulla en sus pliegues.
Esas miles de lenguas acribillando el espacio.
Quiero fundirme en tu silencio y morirme de certeza.
Turbar la plácida noche y gritar todo lo que oigo
desde el borde de mi piel, mártir de tu adiós.
Reavivar el cadáver. Arrancarlo de la cripta salvaje
y huir contigo en mis brazos, para siempre,
Ese abismo movedizo que me arrulla en sus pliegues.
Esas miles de lenguas acribillando el espacio.
Quiero fundirme en tu silencio y morirme de certeza.
Turbar la plácida noche y gritar todo lo que oigo
desde el borde de mi piel, mártir de tu adiós.
Reavivar el cadáver. Arrancarlo de la cripta salvaje
y huir contigo en mis brazos, para siempre,
ahora
que la sangre de mis venas no es más que agua de olvido.
que la sangre de mis venas no es más que agua de olvido.
©® Susana
Inés Nicolini
Foto: Sue_* ® 2015
#SafeCreative
Foto: Sue_* ® 2015
#SafeCreative
miércoles, 25 de febrero de 2015
de las aves
Ya no habrá paraíso donde nace la lluvia
ni vendrá la distancia a llenar
de zarzamoras los cristales de tus mejillas
porque ya no habrá frío de ventanas
donde perder mi pecho sin nubes.
A la mía, ya no vendrá tu boca
a dejar el sabor de la canela
porque allí
al final del agua
donde termina la ruta de las aves
comenzaré el camino más largo: amarte a solas.
Sue_* 2015®
Imagen: İzinsiz Gösteri
martes, 24 de febrero de 2015
una tarde
¿Cuánto vale una tarde como ésta?
Indecisa. Incierta. Entre la noche de estío último
y la noche del otoño (que espero) con chasquidos
de leve bosque.
Con nubes de frambuesa.
Aún hay dichas a conquistar bajo
la luz terrestre
que palidecen ante el amor exaltado
tan lánguidas como pasajeramente suelen
hacerlo frente al adiós amante
hacerlo frente al adiós amante
que
tras su delicia ultimada,
con un afán insistente
con un afán insistente
puebla el nuevo silencio.
Sue_* 2015®
#SafeCreative
domingo, 25 de enero de 2015
ultimo reino
Sobre el oscuro banco de almendro,
donde alguna vez
juraron dos amantes
ha muerto un hombre,
herido de amor y de miseria.
Entre el blanco y el negro
de las letras
cuentan que sus sueños
se escaparon
en imposible visión
como un pájaro lento.
Un desconocido más
que huele a restos de incienso
y a un blasfemo amén
que no cumplió
su redentora promesa.
Uno más que no tuvo
dónde asirse
expulsado de las nupcias
con el cielo.
Uno más,
con las venas secas,
y pálidas
yéndose
hacia la sutil
fragancia del abismo.
Estéril salario de los mártires,
que corren por túneles
sembrados de garras
invisibles,
sin ropa y sin aura,
que nacieron sin beatitud
ni condescendencia;
porque hasta los dioses,
necesitan,
desatar sus vientos,
mintiéndonos.
juraron dos amantes
ha muerto un hombre,
herido de amor y de miseria.
Entre el blanco y el negro
de las letras
cuentan que sus sueños
se escaparon
en imposible visión
como un pájaro lento.
Un desconocido más
que huele a restos de incienso
y a un blasfemo amén
que no cumplió
su redentora promesa.
Uno más que no tuvo
dónde asirse
expulsado de las nupcias
con el cielo.
Uno más,
con las venas secas,
y pálidas
yéndose
hacia la sutil
fragancia del abismo.
Estéril salario de los mártires,
que corren por túneles
sembrados de garras
invisibles,
sin ropa y sin aura,
que nacieron sin beatitud
ni condescendencia;
porque hasta los dioses,
necesitan,
desatar sus vientos,
mintiéndonos.
Sue_* RD..2015 ®
(Foto Vadim Stein)
(Todos los derechos reservados)
viernes, 23 de enero de 2015
inmersión

El trueno, entonces, el rugido
que en mi piel (frágil helecho)
espera aquello hacia lo que divagas
aquello que de mi playa ha partido.
Y que en cada noche
desde el silencio de los mares,
mi voz
lleva hacia ti con el olor de los susurros.
© Susana Inés Nicolini
Sue_* ® 2015
#SafeCreative
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(Imagen GIF)
miércoles, 21 de enero de 2015
ella y el
Ella y el. Sin nombres, porque el nombre es lo primero que
duele.
Ella y el. Con las marcas del amor, porque es lo
primero que ríe.
Ella y el. Nombrados por la confusión. Tan juntos. Tan bellos.
Sus nombres se hicieron difíciles de pronunciar. Ella y el. Como era
difícil separar sus almas.
Ella y el. Hasta la historia se consternó al confundir sus
nombres.
Habían sido concebidos como dos partes del mismo hueso. Por
eso
sus nombres se confundían en las mentes
y se enredaban en las lenguas.
El dijeron ─ corrigieron Ella
Ella nombraron ─ corrigieron El
Anverso y reverso de una misma piel. Sus nombres se
perdieron
en el andar del tiempo.
Al recuerdo le costó desenredarlos.
También a los
sucesivos amaneceres en los que
se buscaron.
Si hasta su creador los confundía, una y otra vez,
en cada búsqueda. Vida
con vida. Tiempo con tiempo.
Eternamente.
Nacidos y nombrados para ser dos y uno.
Anverso y reverso de la misma noche en la que hicieron el
amor,
allá, dónde aun reinan los ángeles.
Sue_* ® 2015
(Foto: Vadim Stein)
viernes, 16 de enero de 2015
hasta los pájaros
No quiero levantarme de tu verso fecundo
donde acuesto el sueño de seguir en tu alma,
por eso estoy aquí mirando tu paisaje desnudo,
muerta de ansias, sintiéndome una niña
que llega hasta los pájaros
que mira el fuego, sonriendo vagamente
fascinada, con miedo, buscando razones
en éste deseo de espejos
que humedece tu piel y la mía
que seca las bocas de ambos, sabiendo
que la hora más sencilla para amarte es ésta
en que voy por la vida dolida del alba
con tu mar fuera y dentro, latiéndome.
donde acuesto el sueño de seguir en tu alma,
por eso estoy aquí mirando tu paisaje desnudo,
muerta de ansias, sintiéndome una niña
que llega hasta los pájaros
que mira el fuego, sonriendo vagamente
fascinada, con miedo, buscando razones
en éste deseo de espejos
que humedece tu piel y la mía
que seca las bocas de ambos, sabiendo
que la hora más sencilla para amarte es ésta
en que voy por la vida dolida del alba
con tu mar fuera y dentro, latiéndome.
© Susana
Inés Nicolini
Sue_*® 2015
Sue_*® 2015
jueves, 15 de enero de 2015
del silencio
Aun quedan algunos
propietarios del silencio
mezclados con los ecos
de los que repican al aire
su voz más formidable;
verdades de los ahogados
trágicamente insepultas.
A veces encuentran trincheras
en los muros de sus casas,
dividiendo la mitomanía colectiva
de las sombras anudadas
a las esquinas,
como si vivir fuera
una batalla eterna.
Sorpresa la de éste mundo
del que desconfían los humanos
y en el que las miserias
azotan el horizonte.
Como peregrinos tristes
o al menos, muy cansados,
van los hombres detrás de
sus dioses, alabando
promesas que ya no creen.
Sorpresa de la éste mundo
donde
llorar, reír, es sólo un instante
para los caídos,
para los que noche a noche
rodamos
ente el hades y el olimpo.
© Susana Inés Nicolini
Sue_* ® 2015
(Foto: Vadim Stein)
miércoles, 14 de enero de 2015
eras Alfonsina

Ibas trémula
con repique soñador
llorando, desfalleciendo.
Murmurabas sílabas de fuego
entre suspiro y temblor.
Ibas como destinada,
a encontrar el relámpago
en ese crepúsculo frío,
inclinada hacia el oleaje,
como bruma, como ajena…
Tu, que traías un sol
nacido en otro universo.
Tu, que copulabas con ángeles.
Tu, que como jardín regado
en mayo, conocías
el caos sublime de
palabras y poemas,
ibas ahora sin pluma y sin aura,
madrugando, con los ojos
muy abiertos y sin escalas posibles.
Yo te vi,
ibas como destinada
hacia la crespa rompiente
hacia el sur de tu duelo
hacia tu más puro silencio.
Como sea, naufragaste
en la nostalgia y el designio.
Era la noche y tal vez
ese mar, como tu único dios,
en ese instante, nunca antes,
supo lo que es llorar.
©Susana Inés Nicolini
Sue_*® 2015
#SafeCreative
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