"Esta gélida noche se
perpetra; una temperatura así no es más que un delito para una urbe como la
nuestra. Es una hora maligna, fundamento que se le da a la muerte para arrojar
máximos resultados sobre los “sin techo”. Sin embargo, ese dato no sale en
las noticias. Acaso, interludio (menos que eso) entre la publicidad de un
cocinero que farfulla un italiano fingido, y la feroz procacidad de los
informadores de asesinatos. Casi una lotería entre los que dan pronósticos
haciendo dibujitos de soles, nubes, lunas, gotas…
Holocausto que adjudicamos a la naturaleza. Comparsa de piadosos que miran detrás de las ventanas a los abandonados que recogen lo que pueden en las calles, siguiendo la amargura de su maldición… ¡Cuánta tristeza agrieta, hoy, el corazón de los sensibles!
¿Dónde quedó Alicia? ¿Dónde el País de las Maravillas?... y los conejos. Que aparezca el espejo, o se abra el sésamo, para no morir de espanto... de espanto".
RNPI Susana Inés Nicolini
(todos los derechos reservados)
Holocausto que adjudicamos a la naturaleza. Comparsa de piadosos que miran detrás de las ventanas a los abandonados que recogen lo que pueden en las calles, siguiendo la amargura de su maldición… ¡Cuánta tristeza agrieta, hoy, el corazón de los sensibles!
¿Dónde quedó Alicia? ¿Dónde el País de las Maravillas?... y los conejos. Que aparezca el espejo, o se abra el sésamo, para no morir de espanto... de espanto".
RNPI Susana Inés Nicolini
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