Esa es mi mujer,
aquella que roba espinas
a las conversaciones
cuando el silencio estalla
entre los dos.
La que iza pedazos de cielo
cuando nos dormimos
atados entre la piel.
La que deja besos
en las almohadas
perfumando mis olvidos.
La que trepa los mediodías
con racimos de azafranes
y perlas de tomillo
invitándome a comer.
Esa es mi mujer,
la que corre por mi vida
sin conocerme, a veces,
sin encontrarme los ojos,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras…
una presencia para mi sed.
manos, clepsidras…
una presencia para mi sed.
La que clavó su bandera
en el centro de mis noches;
la que sabe que lloro
como cualquier mortal.
La que elabora sonrisas
para desmigajar diferencias
cuando se nos va la voz.
La que florece en caricias
cuando mi angustia incierta
se llena de fantasmas
y la vida parece perder toda calidez.
La que habló del amor,
un día
como nadie más
lo había hecho,
como nadie más lo hará.
Esa…es mi mujer.
Bellísimo!!!!! asi somos las mujeres!!!! un hermoso reconocimiento!!!!
ResponderEliminarGracias!!!!
amor y luz!!!
Que daría yo por ser el hacedor de ese poema tan hermoso, y que tu fueras la protagonista. ¡Esa es mi mujer! ¡que daría yo!
ResponderEliminarNory, tal cual...¡así somos! De nada, amiga. ¡Merecido es!
ResponderEliminarUn beso grande
sr. NN: muchas gracias por el halago. Para comenzar podría dar su nombre ;)
ResponderEliminarUn abrazo
ojalá la mía fuera así... pero es un hermoso homenaje a todas las mujeres... un poema que despierta sentimientos...
ResponderEliminarminino:
ResponderEliminarGracias por pasar y comentar. No lo hice pensando en que fuera un homenaje, pero parece que él decidió por mi, y lo fue. ¡Estas cosas pasan! las obras toman vida propia y carácter individual.
¡Mejor aun si despiertan sentimientos!
Un abrazo