Allá,
soy aun estremecido,
aquel que fuera, límite
indeciso de azar e intemperie.
Infinito
diminuto
estremecido
ajeno y visitante.
Ojos lívidos
por el ahogo
y también
la destrozada mano
del mendigo.
©® y RNPI de Susana Inés Nicolini
(todos los derechos reservados)
Infinito
diminuto
estremecido
ajeno y visitante.
Ojos lívidos
por el ahogo
y también
la destrozada mano
del mendigo.
©® y RNPI de Susana Inés Nicolini
(todos los derechos reservados)
Estremece sentirse desarropado y casi desvalido, cuando el cruel invierno se acerca.
ResponderEliminarBonito poema!
Saludos.
Cuánta ternura en tus versos-denuncia.
ResponderEliminarbesos